miércoles, 8 de octubre de 2008

CAPITULO 4 "SOMBRAS Y NIEBLA"

MRA
CAPITULO 4
= LA GUERRA =


Han pasado dos meses desde la boda de Annie y Archie, Candy se ha reincorporado a su vida normal, ha vuelto a pedir trabajo en un hospital en Chicago, el St. John´s y su vida ahí transcurre tranquila. Por supuesto que esto no le ha gustado nada a la tía-abuela, pero Albert le ha dado todo su apoyo y la tía no puede negarse a una orden de él, después de todo él es el cabeza de familia.
Patty ha vuelto a Florida con su abuela, pero le ha mandado un par de cartas en las que deja ver que le gustaría la visitara pronto y hacia el final, le comenta que ha recibido correspondencia de ese chico Stuart, que conoció en la boda de Annie. Candy se alegra por ella, pero siente una punzada en el corazón al recordar esa noche.
Annie también le escribe contándole su felicidad y mandándole recuerdos de Archie.
Al parecer, ninguna de ellas se enteró que Terry estuvo en la boda, ni de lo que Candy pasara esa noche y ella no iba a decir nada.
Esa tarde, cuando Candy tenía día libre, Albert fue a visitarla. No se habían visto mucho desde la boda, pues Candy estaba enojada con él, pero ahora mientras caminaban por las calles de Chicago buscando un lugar dónde comer, ella no aguantó más y le reclamó.
-Estuvo muy mal, Candy, lo siento, pero no pude negarme al verlo así...
-Pudiste habérmelo dicho, Albert...
-Si te lo hubiera dicho no habrías aceptado y .... Candy, ustedes dos se merecen tanto ser felices!
-Albert... no sabes lo que dices... él esta... debe estar ahora con Susana...
-¿qué?! ¿no te lo dijo? ¡No puedo creerlo! ¡es un tonto!
-¡decirme, que?
-Candy... él no se casó, ni lo hará, con Susana... ¡no puedo creer que no te lo haya dicho? A de haber pensado que escuchaste los comentarios... ¡es un tonto!
-¿qué dices?! ¿cuáles comentarios?
-Los que medio Nueva York comenta... ¡en serio que no lo sabes?
Candy negaba con la cabeza, pero sus ojos brillaban con la esperanza.
-Pues que Susana estaba embarazada cuando le pasó el accidente- se apresuró a aclarar Albert- ella estaba embarazada, pero no hagas falsas deducciones, se decía que era amante del director del teatro... y eso lo confirmó todo! Entiendes? Ese hombre era casado y ella... ella quería culpar a Terry... pero él... él la descubrió ante todos!
Candy se quedó de una pieza, anonadada...
-No puede ser... no es cierto, Albert! Ella ama a Terry... yo... casi se suicida por amor a él! Yo estuve ahí!
Albert la abrazó, permitiéndole llorar. Para Albert, Candy era como su hermana pequeña, la quería mucho y hubiera hecho cualquier cosa para no verla sufrir así.
Cuando ella le dijera días después de la boda que quería volver a trabajar, él la apoyo pensando que al fin se había resuelto su lío con Terry, que quizás, cuando él volviera de la guerra, ellos estarían juntos. Pero empezó a sospechar que las cosas no eran tan sencillas, por eso se decidió a visitarla ahora. Solo para descubrir que nuevamente se había equivocado... pero quizás aún no fuera demasiado tarde para enmendar las cosas.
La apartó de sus brazos, le ofreció su pañuelo para que se enjugara las lágrimas y luego le preguntó:
-¿supongo que al menos sí te dijo que se iba a enlistar para la guerra, verdad?
Más lágrimas de ella le dijeron que no, que no sabía nada...
“Estúpido Terry”-pensó Albert, abrazándola de nuevo, mientras ella lloraba desconsolada...
Por la acera, pasaron unas señoras muy elegantes, viudas al parecer, que los miraron enfadadas, frunciendo el entrecejo. Albert les sonrió y arrastró a Candy hacia un parque cercano, sentándose con ella en una banca y detallándole cómo Terry se había acercado a él a la salida de la iglesia, pidiéndole su ayuda para poder ver a Candy, porque al día siguiente se iría a la guerra...


CONTINUARA....

1 comentario:

Anónimo dijo...

Por ke mandaste a Terry a la guerra???